“Mi mamá me mima
y yo mimo a mi mamá.”“San Roque y su perro
El perro de San Roque no tiene rabo
porque Ramón Ramírez se lo ha cortado.
Y al perro de Ramón Ramírez
¿Quién el rabo le ha cortado?”“El cielo y sus ladrillos
El cielo está enladrillado
¿Quién lo desenladrillará?
el desenladrillador
que lo desenladrille
buen desenladrillador será.”“El cielo está encapotado ¿quién lo desencapotará? El buen desencapotador que lo desencapote, buen desencapotador será.”
“El cielo está enladrillado ¿quién lo desenladrillará? el buen desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será.”
Trabalenguas populares
Índice de Contenido
Trabalenguas populares de gran fama entre todo tipo de personas
Trabalenguas populares conocidos por todos
Los trabalenguas son inherentes al ser humano, ya que forman parte esencial del aprendizaje del lenguaje. Los trabalenguas son una parte de la cultura popular de cada país que se va transmitiendo de unas generaciones a otras, normalmente de forma oral. Todos los pueblos suelen contar en su tradición oral con trabalenguas, aunque estos presentan diferencias en función del idioma, las tradiciones y la idiosincrasia de cada país. Pero en cualquier caso, ya desde la antigua Grecia se utilizaban y se consideran uno de los juegos universales más antiguos conocidos, basados en todos los casos en la recreación de palabras, rimas y repeticiones en el menor tiempo posible.
En la mayor parte de los casos los trabalenguas suelen ser muy divertidos. Los hay dedicados especialmente a niños, en los que los personajes principales suelen ser animales y que les ayudan a mejorar la pronunciación de fonemas como la “r”, la “Pr” o la “tr”, así como los de temática más adulta, en los que la equivocación provocada por la rapidez genera nuevas palabras más malsonantes o que nada tienen que ver con las que hay escritas (como el caso del trabalenguas de los cojines).
La importancia de los trabalenguas
Los trabalenguas son fundamentales para mejorar la dicción, pero hay que ir por partes para valorar un poco más los tres ejemplos indicados:
El perro de San Roque
Hay que comenzar con el primer trabalenguas popular que se propone, un clásico de los juegos de palabras en castellano, el trabalenguas del Perro de San Roque, que lleva no sé sabe cuántos años sin rabo y que ha crecido (el perro, ni se sabe si también el rabo) con varias generaciones de hispano hablantes.
Es un trabalenguas típicamente usado para el ejercicio y desarrollo del fonema “r”, uno de los más difíciles de pronunciar cuando se es niño. Tanto los papás y las mamás, como los maestros y maestras en el colegio, han retado a pronunciarlo completo y sin equivocaciones desde pequeños. Porque ése es uno de los objetivos primordiales de estas frases populares, que se aprenda a articular claramente las palabras más complicadas y se desarrolle así una mejor dicción.
La imposibilidad de pronunciar todas las palabras de forma correcta clara y de golpe hará que en algún momento acaben estallando las carcajadas. Por eso es tan interesante introducir a los niños y niñas desde pequeñitos en la dinámica de los trabalenguas, porque la diversión con ellos está asegurada. A los más pequeños les encanta espurrear la lengua cuando llegan al punto en el que ya aceptan que no son capaces de seguir. Además, tomado con humor, no se frustrarán con la idea de que no lo pueden pronunciar. Muy al contrario, se convertirá un reto en sus cabecitas para seguir intentándolo una y otra vez hasta decirles “¡Basta!”.
El trabalenguas del amor
El segundo ejemplo ha sido declamado mentalmente entre suspiros y escrito con letra adolescente en las pastas de las libretas de todos los que alguna vez se han enamorado de jovencitos. Pero aparte del mensaje ciertamente tristón que evoca, su composición es típicamente juguetona. Aquí el fonema “q” destaca en todo su esplendor, siendo repetido hasta la saciedad (hasta 11 veces) en apenas 20 palabras.
En este caso el aprendizaje consiste primero en comprender claramente el significado de lo que se está diciendo para posteriormente intentar recitarlo cada vez más rápido y sin equivocaciones que hagan volver a empezar desde el principio. Porque una de las dificultades de los trabalenguas consiste en que el uso de fonemas que resultan muy parecidos genera rimas y aliteraciones (figura retórica de dicción que consiste en la repetición de uno o varios sonidos dentro de una misma palabra o frase), con lo cual al pronunciarse de corrido es difícil que lo articulemos sin fallos.
Los cojines de la Reina
La tercera propuesta, como ya se decía antes, es de índole más adulta y ciertamente chistosa. Pero sigue siendo un trabalenguas en toda regla, y además es posiblemente el ejemplo que más se acerca a lo que es un trabalenguas según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: “Palabra o locución difícil de pronunciar, en especial cuando sirve de juego para que alguien se equivoque”.
Si se lee o se memoriza y se intenta pronunciar cada vez más deprisa, llegará el momento de “tropezar” con las palabras. Y ahí viene el quid de la cuestión. En el instante en el que se comienza a recitar deprisa, este juego de palabras juega la mala pasada, y se acaba pronunciando un término que no es el que se debe decir, provocando en este caso la sonrisa, puesto que se termina expresando una palabra más o menos soez, que hará llegar la vergüenza, una vergüenza sana en cualquier caso.
Beneficios del uso de los trabalenguas
Con estos tres ejemplos de trabalenguas populares se pretende destacar los beneficios tan interesantes que conlleva su uso por los hablantes de un idioma, tanto pequeños como de más edad. Entre ellos:
- Sirven de estímulo para memorizar los fonemas del lenguaje que por su dificultad son más complicados de pronunciar cuando somos niños. Al repetirlos una y otra vez se va adquiriendo más soltura para hablar, ya que agiliza la pronunciación, ayudando a tener una dicción más clara y correcta.
- Plantea una forma de aprendizaje divertida a través del ocio y de forma amena, sana y distendida. Todos pueden participar, de hecho facilita las relaciones entre padres e hijos, así como con los abuelos, grandes promotores de estos juegos con sus nietos.
- Fomenta la imaginación y la creatividad en los niños y amplía su vocabulario. Para los más mayores, ayuda a su memoria y a la capacidad de reacción, además de convertirse en una actividad jocosa con la que se pasa un buen rato en familia.
Todo ello hace que siempre sea recomendable disfrutar de los trabalenguas populares en familia con los que se garantiza diversión, aprendizaje y unión de lazos entre padres e hijos.
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